de Miguel Ramos
…..La noche en que murió, se recuerda fresco en la memoria, todavía no puedo creerlo decía una mujer doliente en la sala de un asilo sola, mientras su pensamiento recordaba aquella tarde….. - Anda muévete, por eso te dije que te compraba una silla de ruedas, pero no, siempre haciéndote caso, por eso estoy así, porque nunca me dejaste ser!!!!!.
Carolina había dictado sentencia. Pablo un anciano de 72 años solo asintió con la mirada antes de continuar su sinuoso camino empujando la andadera, lento, arrastrando cada paso, parte por la edad, parte por las grandes expresiones de “amor” que le profesaban sus “adorados hijos”
haciéndole recordar día a día que su vigencia había cambiado por una difícil caducidad. Años atrás esperaba con ilusión el día de la semana donde todos se juntaban a comer, en familia, para convivir, simplemente estar, quizá ese fue el error, quizá no, hoy solamente son reclamos, crítica a las ideas arcaicas a la dificultad de comprender las desventajas de formaciones distintas. Ceno callado, tratando de cuidar el más mínimo detalle para importunar comiéndose todo sin protestar y con gran voluntad se levantó de la mesa y recorrió de la manera más decorosa el largo pasillo que lo llevaba a su cuarto. Se recostó y encendió la radio….tststststs…..el fonóóóóógraáaaafooooo música ambiental a sus recueeerdoooss, las fuerzas se han ido, con ellas la autoridad, las manos arrugadas, la mirada cansada, nostálgico piensa:
¡Qué ayeres de comidas y discursos, de éxitos laborales, de esfuerzo constante por sacar adelante a sus hijos, de grandes fiestas y reuniones con chiste por palabra y eterna compañía. De súbito, una orden a rajatabla y el interrogatorio de costumbre : - Apaga la luz y bájale a ese radio!!!!!, tomaste tus pastillas? Te revisaste la presión?, te lavaste los dientes?, No ves que te apesta la boca?, que bárbaro no puedes hacer nada, tengo que andar cuidándote?. ¿¿¿¿¿Cuidándolo????? Más bien parecía que se estaba vengando de ayeres insípidos y vacíos que las herramientas dadas por alguien que careció de ellas no pudieron ayudar a llenarlos, una radiografía de muchos hogares donde las raíces se niegan, se olvidan y se cuestionan constantemente, Carolina en su interior lo sabía pero podía más el rimbombante orgullo de su juventud que cualquier cosa. Una afamada doctora del dominio público donde todo giraba en torno a entrevistas de Televisión, en revistas y presentaciones, sabía tanto, que opinar de cualquier tema le parecía cosa de niños, y sus nuevos conocimientos y su roce con otras formas distintas a su casa la volvían dura e irreflexible contra su esencia, eso le ayudaba a superar su divorcio. No tenía hijos, y atreverse a hacer juicios de padre o madre, sin tenerlos, es arriesgado. Pablo en consuelo, recordaba como la acompañaba todas las mañanas a la parada del camión todavía a oscuras, los sacrificios que hacía para la compra de libros y material, que no eran una ganga por cierto, pero al final, ahí estaban, siempre un plato de comida caliente, una cama tendida, una casa limpia y ropa planchada.
Todo en bandeja, todo para hacer mejor al vástago o la vástaga, por eso, los reproches y la actitud despectiva no le cuadraban, lo mismo con Juan que como jugador profesional podía verlo muy de vez en cuando y cuando opinaba algo de su carrera, menos de su relación con la modelo, intelectual y dechada de pureza esposa, era como encender una mecha en su parte difícil y donde la espalda pierde su nombre, la respuesta: - Mi vida la vivo de acuerdo a lo que pienso , Papá no te metas!!!!!..Pero el si podía opinar, juzgar y dictaminar, el fatídico contraste, la hegemonía de alguien exitoso que tristemente estaba vigente, Pablo se angustió y cuestionose al mismo tiempo: Y cuando no estén vigentes ambos que pasará?, que pasara cuando nada de lo que piensen sea siquiera una quinta parte válida, cuando las fuerzas que hoy los impulsan a comerse al mundo ya no existan más, y una mañana digan : - No tengo ganas de levantarme?.Cuando al voltear en una cama ajena tu pareja no duerme más contigo porque se adelantó al lugar de donde nadie más regresa, o simplemente cuando el alumno ha superado al maestro y no le guarda respeto porque cree que no tiene más que aprenderle. Encendió su veladora, herencia de Paty su esposa, rezó el rosario y en silencio entonó una canción que lo acompañaría hasta conciliar el sueño para no despertar más…..Yo fui como tú, un muchacho alegre con toda la fiebre de la juventud, yo fui como tú, el mundo era mío, mi llanto era un río por ingratitud, yo fui como tuuuu, lleno de esperanzas, falto , falto de confiaaaanza, tal como eres tú, sí, yo fui, sí, yo fui como tu….. mi pregunta para terminar la historia…..pueden tararear esta canción?.....Carolina a sus 72 hoy la tararea en el asilo.....sola