de Miguel Ramos
…..Tomás remueve el cochinito de barro sobre el buró, se oye una buena cantidad de monedas, se emociona, pero, son todas de 50 centavos, no hay liquidez solamente la que acaba por matar a mas de un millar cada día de hambre, de deseperación. En las calles un peregrinar errante de gente buscando empleo desesperada de lo que sea de portero, de almacenista, de cargador, de vendedor de enciclopedias, de intendencia, limpiando baños, etc., de eso y más se ven las calles pobladas, de semblantes de angustia, de descontento, de ya no saber que hacer ante el gran crecimiento demográfico y escacez. Negocios pequeños que abren y quiebran, la globalización sigue cobrando víctimas una a una, matando poco a poco la escencia de las tradiciones que se extinguen como hoy el último charro, Benjamin Argumedo y Gabino Barreda no volverán a ser cantadas igual.
Juntando lo que queda entre los escombros de barro, alcanza a juntar $15.00 no, $15.50, necesita leche, la niña llora la mamá ya no está, se arrincona se sienta y se lleva las manos al rostro, esta en depresión total, hace 5 años todo era armonía, buen trabajo, un sueldo decoroso, una relación estable con deseos de crecer, de sacrificar en conjunto, ideas que particularmente han dejado de existir en miles de hogares que se cimentan no en tierra firme sino en lodo, no dejando cuajar el ladrillo, el no saber manejar o dejarse manejar es relativo, las relaciones se establecen, crecen y lo hacen hasta donde se permita, la convivencia de tantas horas en el trabajo propicia distanciamientos, busqueda de cosas que no se encuentran, que “liberan” el interior reprimido de muchos quienes se encuentran no esclavos de sus parejas sino de ellos mismos y se sueltan a conquistar lo prohibido como un adolescente que no tiene nada que perder y puede cambiar de relación a voluntad sin darse cuenta de que ya se es adulto….Así pasó con María Elena y pasa muy a menudo ahora, la misma sociedad y falta de muchas cosas lleva a probar y a desahogarse, las amistades, la monotonía , la ocasión, la simple calentura….. Tomás la descubrió, notaba ya algo raro desde hace varios meses un cambio radical, aparentemente sin motivos, pero a veces deslumbra más la luz de una bengala que se extingue rápido que un quinke que se mantiene encendido, antes importaban los hijos o eso se pensaba ahora da igual tambien se le dejan al padre, o se usan para dar el tiro de gracia y vengar con eso lo sufrido o lo carecido. Tomás está hérido, en su orgullo (si no dejaría de ser humano) y en todo, los intereses cambian, los anhelos de libertad son difíciles de comprender así como las formas, nadie es perfecto, se tienen grandes carencias, la cultura del usese y tirese ha llegado hasta las relaciones humanas, hoy me sirves mañana ya no, lo importante es no engancharse, la palabra amigo ha cambiado por la de cuate, el dicho de no confiar en nadie cada día se fortalece más, “todo es relativo nada es absoluto”…..bien citadas las palabras de “…..un vampiro solo adquiere poderes cuando lo invitas a pasar a tu casa”, Tomás siempre pensó que solo los hombres hacian eso pero las mujeres tambien, lo ha comprobado y de que manera. Un callejón obscuro la escenografía, sentado sobre la escalera de incendios, lloviendo no se siente frío, siente solo un gran vacío, una pistola en las manos y la foto de la hija en la otra, por supuesto alcohol, lo lógico, lo duro sobreponerse, la decisión difícil, pero sin voluntad como?.....
Registro de Autor : 03-2006-031713105000-01
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