de Miguel Ramos
Recuerdo
una noche fría, oscura, una noche donde no había alternativa, donde la
negociación estaba rota. Palabra a palabra, cm por cm, del mismo espacio que se
ocupaba y el mismo aire se respiraba. De donde la realidad se convertiría en un
escenario plenamente surrealista; Pienso ahora, escondido en un hueco tras el
reloj que podía cubrir la unión de las paredes, que subyugado por el encanto de
una caricia o el roce táctil a lo largo de la espalda, perecía si remedio y sin
oponer resistencia, aún cuando se sabía que quizá el corazón se acelera
dilatando la pupila, seduciéndose a sí mismo en un éxtasis de locura, el olor
despierta un sentido salvaje de pasión que dormila el gusto, congela el tiempo
y lo deja abierto para despedazar al que por miedo sentía que la vida se le iba
como azúcar entre las manos.....
Mirada
fija y espalda recta consumen la ansiedad de mantener entre los brazos al angel
de amor que gentilmente imaginamos debatiéndose entre la vida y la muerte por
alcanzar el clímax; Resistiendo con bravura, sometiendo la fuerza el coraje, la
ansiedad, la cadencia entre la respiración y una sonata con métrica, tensándose
en medio de movimientos bruscos que dibujan una silueta magistral, perfecta, de
prominente voluptuosidad que somete al pura sangre que tratando de desbocar se
contiene cada vez que es frenado para volver a arreciar con mayor intensidad
cada vez que comienza de nuevo. Y se crea la música en sinuosos vaivenes que
convierten el sudor en algo más que reflejo de esfuerzo, donde la feromona pura
se potencializa y explota generando una química tan poderosa y tan basta, que
no tiene cabida el tiempo, el rencor, la ira, el desdén, el reclamo o el
hastío, cercenados al final impunemente por un grito ahogado que mimetiza toda
la energía despedida. De pronto la calma, el suspiro profundo que vuelve a cada
uno de los sentidos a su lugar , normaliza las pulsaciones, elimina poco a poco
el temblor de manos que trenzadas celebran la fiesta del amor que por un
momento han creado. El tiempo va lento, pausado, mimetizando y procesando de
nueva cuenta de cada recuerdo, cada frase, cada momento que fue cargando de
erotismo un punto efímero salido del hueco de un reloj que cruelmente marcara
de nuevo, el momento funesto de volver a la realidad, despedazando al que por
miedo sentía que la vida se le iba como azúcar entre las manos.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario