
de Miguel Ramos
…”Nunca lo dije. Moría de ganas, pero ya no importa”… Que me detenía?, una tradición?, un compromiso?; Nunca toleré las humillaciones, ni la forma; no se trataba de competir, no es una cuestión de machos peleando por la hembra, ni del concurso del miembro más grande. Obvio. No iba a bolear los zapatos, por muy grande que fuera, ni por muy importante que pareciera; Había varios abusivos, complicados, simplemente como dicen en el folklore, unas verdaderas “calillas de chile” léase vulgarmente supositorio, desde el apodo de los hermanos macana hasta el hostigamiento de Minutti, Perafan y Caperman en el autobús No.6 que pasaba por nosotros a las 6:45 AM, a los 6 años, que no era suficiente con eso?, que suplicio!!!. Los grandes molestaban a los más pequeños, que nueva ja, ja. Recuerdo fuerte, la pera (juego de nuestro tiempo), la agarraba el más alto y si eras cuate jugabas, Luis Fernando y yo nunca alcanzamos a ganar una, el Mongol menos, bastaba con buscar enrollarla hacia arriba para derrotarnos, hay que aceptarlo, la estatura, nunca ha sido mi fuerte. La misma estampa de cada recreo, hay viene a molestar Mozuelos, quiere mi sándwich, no se como contestarle, como defenderme, chi….!!!
Mayor complicación al crecer si no tenías roce social, ni popularidad, ni buen parecido físico, o ya de menos algo de simpatía, conclusión seguridad, wow el hilo negro!!!, lastima que no lo patenté. El “hola como estas” eufórico, te alegraba por ser reconocido, pero era todo no había más y menos si eras recogido por tus padres antes de las 11:00 PM. cuando apenas comenzaba lo bueno; siempre viendo, escuchando historias de la fiesta que terminó hasta la madrugada, de la ultima prenda que fue ganada o perdida en el juego de botella, del fin de semana aquí, del fin de semana allá, de la fraternidad a la que se trató de pertenecer con variadas limitantes. Con que te integrabas?, que experiencias tenías que compartir más que el estudiar durante 12 años seguidos El desfogue en el deporte minimizó cualquier depresión de soledad, había que sobresalir de alguna forma, que pobreza habiendo tanto no?. Los abusos iban en aumento y los patriarcas, con los que todo querían estar, se consolidaban; en ocasiones había que aguantar el faje de tu ídolo a la chica de la que estabas enamorado, era el precio por estar al lado del famoso, del que tomaba, del que traía un condón en la cartera, un brassiere o una panty bajo el asiento, del que se iba de pinta, del héroe del partido o del que se peleaba atrás en el callejón, conformándote de vez en cuando con una revista escondida bajo la alfombra de tu cuarto. Se amaba en secreto, se iba a la cama con fantasías, ilusiones, con el: …“al menos la veo mañana”. Ese fue el problema, se experimentó tan poco, que cualquier relación era apasionada, extenuante, con tintes de angustia al pensar en la ruptura…un chasquido de dedos y la cuenta de tres concluyó la sesión, despertó el conciente y el subconsciente quedo en silencio…abrí los ojos lentamente, buen ejercicio, mi alma liberada, creo que por fin, ya lo saque…
Registro de Autor : 03-2006-031713105000-01