02 marzo 2009

Compás de tiempos.....

de Miguel Ramos



…..Caminaba un viejo por el mar no encontrando en sus tempestuosas aguas el principio y el fin de la marejada que amenazaba la orilla pero nunca la tocaba, trataba de llevar el ritmo en el vaivén infinito de la ida y la vuelta en cadencias de 4, de 8, de16 y de 32 tiempos como si esa sinfonía fuera a explicar o a resolver la duda que lo mantenía sentado sobre el barandal junto al viejo monumento. La cadencia de 4 lo transportó a las intensas aventuras de niño cuando buceaba bajo el muelle, cuando pescaba para comer en pleno malecón, cuando la tarraya no podía faltar como herramienta de pesca y cuando entre las olas no se encontraba basura sino ostra con perla. Cambió de cadencia a 8 y distinguía sobre la playa a sus hermanos, a los 9 que le habían sido arrebatados uno por uno, y en cada pérdida una centena de ideales . Veía A María, Juana, Eleazar, Alberto, Pedro, Jacinto, Ignacio, Martha y el recuerdo de Laura quien solo tuvo 6 años de paso por esta tierra, jugando, enterrándose en la arena, pateando el bote o dibujando su nombre con un palo que el mar arrastró a sus pies, las lágrimas y el dolor hicieron el cambio abrupto a tiempos de 16 donde la sal en sus cabellos blancos y la brisa lo alzaron sobre la costera, sobre las casas, las villas de los ricos, las lagunas que marcaban el límite entre el agua dulce y la salada, hacia donde la tortuga desova, hacia la cañada donde el primer encuentro con Malena genero la existencia de María quien se fue y nunca escribió…..una pausa…..despertó acostado en la playa sollozando, y resintió la ausencia del calor de su regazo, de la ternura de las caricias que le propinaba en cada encuentro cuando en la choza de palma al olor de pescado asado, las criaturas dormían dando tiempo para el amor. Un pez volador advirtió la tristeza y con saltos espectaculares trató de llamar su atención, le arrojó una gorra de capitán que encontró en las profundidades, aquella que perdió cuando del buque cayó Malena , la marea lo arrastró hasta donde se había incorporado, encendió la pipa y se apretó el cinturón, arremangó el pantalón, saco su peine y se alisó. No podía estar más elegante, más a acorde para el encuentro. Para cuando cambió a 32 el agua le llegaba a la cintura, su mano llevaba el ritmo, no se sentía fría, no escaldaba en su cara una gran sonrisa la última vez que había aparecido esa luz en su faz la primera vez que vió a Malena, quién mar adentro con un fulgor radiante le esperaba con los brazos abiertos…..Desde entonces cada que alguien cerca del mar retoma la cadencia de las olas en tiempos, a lo lejos sobre el hilo de plata que la luna dibuja, se ve navegar al viejo con una mano puesta sobre el timón y otra abrazando por la cintura a Malena…..


Registro de Autor : 03-2006-031713105000-01

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas Felicidades por sus comentarios en esta interesante página, esta super entretenida, además de que nos da a conocer detalles de muchas cosas poco conocidas por el público.