02 marzo 2009

Para muestra basta un botón…..



de Miguel Ramos

…..Parafrasear con él hubiera, es parte de la práctica diaria, más aún cuando no se está seguro de lo que nos rodea, de lo que hacemos, logramos o perdemos a lo largo de nuestra vida, un vaivén de recuerdos que jamás se olvidan, por eso su nombre, porque al olvidarse, simplemente dejan de ser eso, recuerdos. Y son esos mismos recuerdos aquellos que nos definen y nos dan las pautas para identificarnos por una historia que se va escribiendo con la huella que dejamos en la última pisada.
La capacidad de asombro en estos tiempos no es algo que se tenga en plenitud, más bien se carece de ella no porque haya desaparecido sino porque se encuentra aletargada. Regresar en el tiempo ha sido siempre un mito, una corriente con gran demanda, pero hoy, para fortuna de Murray Leinster (escritor) e Irwin Allen (creador de la serie de los 70´s) y como reafirmación para los creyentes de la existencia del Túnel del Tiempo (léase yo), se filmó, Benjamin Button, escrita por F.Scott Fitzgerald y dirigida por David Fincher . Esta, la utopía que se experimenta día a día de una u otra forma, el estado de saberse , aceptarse , continuar y saber retirarse. De la reflexión, la dulzura o la dureza del despertar como aquella gran noche de primeras veces iniciada en el burdel del puerto financiado por el capitán Mike, la borrachera con su desconocido padre consumido en remordimiento por abandonarlo o su primera entrega de amor con la espía rusa olvidando totalmente a quien sin pensar sería el amor de su vida. Si bien el imaginar ver nacer a alguien con toda la sintomatía de 80 años y en lugar de envejecer verlo rejuvenecer, provoca el morbo, y coloca firmemente al espectador en plena zalea de Benjamin cuestionándonos durante los 166 minutos de duración, en los efectos, posturas, postergamientos, atrevimientos , altos, pausas, entregas, decepciones, cobardías o valentías que hemos experimentado en el camino. Lo maravilloso del aprendizaje, darse cuenta de cuantos realmente saben , sabemos o no amar, en preguntas tan sencillas y tan comunes de cama como “me amarás cuando me ponga fofa y fea?” (Daisy) regularmente contestada con otra pregunta por la contra parte “me amarás cuando tenga acné? Cuando moje la cama? Cuando me de miedo lo que esté bajo la escalera?” (Benjamin). Aquejando cansancio por la edad en la alberca Daisy se deprime, después del accidente que la marginó del baile, ante el ya joven Benjamin que la alienta, lo que vives es pasajero o antecede al irremediable punto de que de cualquier forma terminaras aquí, dando a entender que los momentos por grandiosos que sean son cortos y habrá que estar agradecido por vivirlos, pero que ojala siempre se tenga la fuerza de empezar de cero. Así nace su hija, quien en un diario se entera en el lecho de muerte de su madre, de quien fue su padre; Todos comenzamos y terminamos en pañales, todos nacemos para que sucedan cosas que al final como resultado de todo lo que alcanzamos a percibir nos den como resultado recuerdos. Dos momentos más : Uno cuando se retira porque no desea ser el compañero de juegos de su hija y dos, impactante, cuando ya de niño en el asilo dice “Recuerdo que tuve una vida”, en resumidas cuentas como se citó “lo importante no es como tocas el piano sino como sientes lo que en el tocas…..y si lo acepto, lloré, después de todo naciendo viejos o jóvenes siempre tendremos algo que descubrir….. para muestra basta un botón…..

Registro de Autor : 03-2006-031713105000-01

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